martes, 16 de diciembre de 2008

La Caída de Constantinopla (1)















~Los Precedentes~




Los turcos intentan un desembarco en Constantinopla
Colección Osmanli Denizcilik - 712
(Cortesía del Muhteşem Denizcilik Tarihimiz
Besitkas, Istambul-Türkiye)


La toma de la capital del Imperio Bizantino (Imperio Romano de Oriente)(1)ocurrió el miércoles 29 de mayo de 1453, según el Calendario Juliano. Esta fecha marca un punto importantísimo en la Historia: el fin total del milenario Imperio Romano, la consolidación del poder otomano en el Mediterraneo y los Balcanes y el éxodo de los grecobizantinos hacia Europa con su bagaje de conociminetos, lo que impulsó el inicio del Renacimiento europeo y, como la gran mayoría de los historiadores acepta, señala el fin de la Edad Media más que ningún otro acontecimiento(2).
Esta caída definitiva de Bizancio había estado precedida de varios intentos por conquistarla y ya desde alrededor del año 1400, el Imperio había visto reducida sus fronteras a un pequeño territorio alrededor de la capital, un par de posesiones en Grecia y algunas islas adyacentes. Incluso, por estar separados del núcleo principal del Imperio y por las mismas condiciones históricas de su formación, estos territorios griegos gozaban de gran autonomía y más bien se les podría llamar "aliados" que "posesiones", aparte de haberse producido varias revueltas, entre ellas una en 1187 encabezada por el general Alexios Branas, siendo emperador Isaac II Ángelo(3).


Imperio Bizantino hacia 1400.


La llegada de Bonifacio de Monferrato para ayudar al emperador a sofocar el alzamiento, produjo indirectamente un antecedente en 1190, durante los preparativos de la Tercera Cruzada, que provocó que el declive del Imperio iniciase su marcha, ya siempre hacia adelante, hasta su caída. Los cristianos europeos esperaban que Bizancio actuase como aliado en la empresa contra los musulmanes, en ese momento dueños de Tierra Santa, pero los orientales se negaron, aduciendo que Saladino(4), enemigo común de la Cristiandad, era demasiado poderoso y que era inútil malgastar fuerzas y vidas en intentar vencerle, por lo que se mantuvieron neutrales. Esta actitud provocó que en 1204, ya en la siguiente cruzada, los francos tomaran la ciudad al asalto, saqueándola y constituyendo el que se llamó Imperio Latino, de relativa corta duración (hasta 1261).


Entrée des Croisés à Constantinople
Eugène Delacroix, 1839-40.
Musée du Louvre, Paris


Uno de los vecinos del Imperio Latino, el Imperio de Nicea gobernado en ese momento por Miguel VIII Paleológo, lo conquistó en 1261, tomando Miguel para sí el título de co-emperador junto a su hijo Andrónico, dando lugar a una larga dinastía que reinó hasta la caída definitiva de 1453(5). Tras el nacimiento y expansión del Imperio Otomano (6), la ciudad empezó a sufrir los ataques de este nuevo y cada vez más fuerte enemigo. Anteriormente había sufrido hasta 22 cercos y asaltos de los más diversos invasores (germanos, hunos, ávaros, búlgaros, rusos...) a todos los cuales resistió.
Pero los turcos ya habían arrebatado a Bizancio sus últimas posesiones en Anatolia, incluída Nicea en 1331. En 1341, al morir Andrónico III, su hijo Juan V Paleólogo era menor de edad, por lo que Ana, su esposa, decidió nombrar a un clérigo, Juan (VI) Cantacuzeno, co-regente y tutor de su hijo. Cantacuzeno se autoproclama regente único en 1343 y pide ayuda militar a los turcos para controlar a los últimos partidarios de restituir la dinastía de los Paleólogos. Para evitar una guerra civil, Ana, llega a un acuerdo con Cantacuzeno, que consiste en hacerlo co-emperador, "a medias" con Juan V, teniendo el clérigo más autoridad durante los primeros 10 años y gobernando en igualdad a partir de entonces, una vez Juan alcanzase la mayoría de edad. En 1349 Cantacuzeno vuelve a pedir ayuda a los turcos, esta vez para repeler el ataque de Serbia contra Tesalónica. Y por fin, en 1351, estalla la guerra civil entre los partidarios de Juan V y Cantacuzeno, que no tenía intención de ceder, no sólo la parte que equilibraría las dos mitades, sino nada del poder adquirido durante la minoría del heredero, a quien incluso pretendió expulsar definitivamente del trono. Así que volvió a pedir ayuda a los turcos, con quienes entró en alianza. En pago se les cedería a los otomanos una fortaleza en la orilla Europea de los Dardanelos.


Vista de los Dardanelos
Colección Osmanli Kartpostal -158
(Cortesía del Muhteşem Denizcilik Tarihimiz
Besitkas, Istambul-Türkiye


En medio de la campaña, los turcos se apoderaron de la ciudad de Gallípoli y empezaron a extender su control por toda la península del mismo nombre. Cantacuzeno exigió la devolución de la ciudad y los turcos -era de esperar- se volvieron contra su aliado y atacaron Constantinopla. Los partidarios de Cantacuzeno, literalmente acribillados por los impuestos que este les exigía para financiar la guerra civil y el pago a los turcos, habían dejado de apoyarle y Juan V se hizo fácilmente con el trono, eso sí, en condición de vasallo de los turcos, a quienes les prestaba apoyo logístico y militar para sus campañas en Europa, amén de un tributo anual en efectivo(7).
A la muerte de Juan V, en 1391, el sultán Bayaceto I (Bayacid Yıldırım, "el rayo") exigió intervenir en la política interior de Bizancio, pidiendo que el nombramiento del nuevo emperador se sometiese a su voto (y veto), pero Manuel II Paleólogo, hijo de Juan V, subió al trono, lo cual constituyó un acto de desacato a ojos del otomano. Además, los turcos habían empezado a poner las bases de un distrito exclusivo para los mercaderes y comerciantes turcos en la capital, a lo que Manuel se opuso. Esto fue motivo para que Bayaceto asediara la ciudad por tierra ese mismo año: este fue el primer cerco de Constantinopla por los turcos antes de la toma definitiva. Tras siete meses de asedio, Manuel II admitió las condiciones de Bayaceto y los turcos se retiraron a los frentes del norte, donde mantenían guerras con húngaros y serbios.
Algún tiempo después, en 1396, Bayaceto convocó a Manuel y a otros reyes cristianos europeos, para exponerles las conseuencias que traería el resistirse al sometimiento turco. Manuel, sospechando que se trataba de un plan para asesinarlo, no acudió, lo que dió lugar a que Bayaceto atacara la ciudad por segunda vez, arrasando los alrededores y cortando todo suministro a los asediados por tierra; no así por mar, donde los turcos no podían entonces sostener un bloqueo naval de la ciudad, por lo que esta resisitió así 6 años, hasta 1402, año en que los ejércitos del poderoso Tamerlán llegaron a las fronteras orientales del Imperio Otomano, lo que hizo que estos abandonaran sus campañas en Europa para frenar a los mogoles, retirando, entre otras, a las tropas que mantenían cercada Constantinopla(8)



Bizancio se vió libre del yugo otomano durante las dos siguientes décadas, incluso recuperó algunos territorios. Pero en 1422, Manuel II, imaginando poder establecer una alianza futura que le asegurase la no agresión por los turcos, decidió apoyar a un príncipe otomano pretendiente al sultanato. Craso error, puesto que el pretendiente no era precisamente el deseado por el entonces sultán, Murad II, quien envió 10.000 soldados para tomar la ciudad de una vez por todas. Sin embargo, las murallas de Constantinopla resistieron una vez más el fuerte asalto, ordenando Murad la retirada varias horas después.
El nuevo emperador bizantino Juan VIII, hijo mayor de Manuel II, acudió al Vaticano buscando una aproximación al resto de estados cristianos, que llevaban largos años de indiferencia hacia Bizancio, a quien no prestaban apoyo, ni incluso en su lucha contra los musulmanes, debido a las diferencias entre católicos y ortodoxos. Juan VIII aceptó la unión de las dos iglesias en una sola cuyo pontífice legítimo sería el Papa católico, por supuesto. Esto ocurre en Florencia en 1439(9).
Muerto Juan VIII en 1448, accedió al trono su hermano Constantino XI, quien continúo en los intentos de unión y aproximación entre las dos iglesias, algo que producía desconfianza entre el clero ortodoxo bizantino y también entre los turcos. Sin embargo, las cosas parecían "pintar" bien para Bizancio, pues muerto Murad II, su hijo Mehemed II prometió no atacar sus territorios. Pero Constantino, sintiéndose seguro, incluso se permitió el lujo de pedir rescate al sultán por un prisionero noble turco, familiar suyo, que permanecía retenido en Constantinopla. Mehemed II, sintiéndose despechado más por la actitud desafiante de Constantino que por la suerte que pudiese correr su pariente, ordenó los preparativos para el asalto a la ciudad.



Colección Turk Denizcilik Tarihi Sitesi - 13
(Cortesía del Muhteşem Denizcilik Tarihimiz
Besitkas, Istambul-Türkiye)


NOTAS:

(1) Nombres convencionales para referirse al Imperio Romano durante la Edad Media.

(2) El concepto de "Edad Media" fue introducido por el historiador y retórico germano Chistopher Keller, más conocido aquí como Cristóbal Cellarius (1638-1707), quien en su obra Historia Medii Aevi a temporibus Constanini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688) expone su modelo de división del tiempo histórico, modelo que ha seguido hasta nuestros días. Cellarius habla de la "Edad Antigua" como era del conocimiento y de la cultura, refiriéndose al período clásico Greco-Latino y se sitúa a él mismo en la Edad Moderna, que comienza con el Renacimiento y el Humanismo, diciendo que el tiempo entre estas dos Edades es un "período intermedio" sin valor histórico en sí mismo, más que por el hecho de dividir a los otros dos, considerados por él como clásicos. Esta idea forjó la imagen -errónea- de la Edad Media como un tiempo oscuro, de retroceso cultural en todos los sentidos; una parada y vuelta atrás del conocimiento. (anexo 1º)
En realidad, la caída de Bizancio es una especie de "hito convencional", por explicarlo de algún modo, pues si bien es cierto que a partir de aquí se acelera el proceso renacentista, no se puede hablar del fin sincrónico de la Edad Media en ese ni en ningún otro punto determinado de la historia, siendo más bien un proceso progresivo de transformación de la sociedad que se va manifestando en distintos lugares de Europa de forma diacrónica. Un claro ejemplo lo tenemos en España, donde la Edad Media termina hacia 1512, fecha en que, tras la toma de Granada, la monarquía católica española (Regencia de Fernando I El Católico) se anexiona Navarra, por entonces dividida entre los partidarios que propugnaban por adherirse a Aragón y sus contrarios que se inclinaban por Francia.
Y si verdaderamente queremos ser objetivos, los rastros de feudalismo -cuya desaparición se ha tomado también, de forma inexacta, como referencia del fin de la Edad Media-, si bien reformados en su aspecto externo, continuaron hasta bien entrado el s.XIX, época en la que se puede hablar de la desaparición del Antiguo Régimen.

(3) Al tomar Contantinopla en 1204, los cruzados ponen su punto de mira en Tesalónica*, segunda ciudad en importancia del Imperio Bizantino en aquél momento. Allí, tras haberla conquistado, fundan un reino en 1205, el Reino de Tesalónica (anexo 2º).
Bonifacio de Montferrato**, líder de la Cuarta Cruzada, era primo de Federico I "Barbarroja", y el hermano más joven de Gullermo de Monferrato "Longaspata" y Corrado I de Jerusalén. Los genoveses habían confiado en nombrarlo nuevo emperador de Bizancio, a lo que se opusieron los venecianos por considerar que Bonifacio no les beneficiaría debido a sus conexiones familiares y politicas, así que consiguieron que el trono fuese ocupado por Balduino de Flandes. Bonifacio aceptó de mal grado la elección del flamenco, por lo que tomó para sí Tesalónica y fundó el Reino de ese mismo nombre.
Los límites del reino eran confusos, pues desde su fundación se encontraba en guerra con los búlgaros y con el Despotado de Epiro, que llevaban años intentando apoderarse de los restos dispersos del Imperio Bizantino. A Bonifacio se le cedió también la isla de Creta, que más tarde vendió a los venecianos y conquistó Eubea, donde estableció un señorio en condiciones de vasallaje. También contribuyó con otros cruzados para tomar y establecer el Ducado de Atenas y el Principado de Acaia (anexo 3º).

(4) El sultán Saladino (1138-1193) - صلاح الدين يوسف الأيوبي, Al-Nāsir Salāh ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb - nacido en Iraq y de procedencia kurda, fundó la dinastía ayubí y era sultán de Egipto, Siria y Palestina, así como de zonas de Arabia (Hiyaz), Yemen y Mesopotamia (actual Iraq y aledaños). Hizo frente a los cruzados y reconquistó Jerusalén para el Islam, religión de la que se mostró fervoroso creyente y defensor de la ortodoxia. Sigue siendo hoy día una figura admirada por las culturas kurda, árabe y musulmana en general (anexo 5º)

(5) El Imperio de Nicea fue el enclave de mayor entidad que ocuparon los refugiados bizantinos que siguieron al emperador Alejo V Ducas, tras abandonar Constantinopla sin hacer frente a los cruzados. Estos, como hemos visto, suplantaron al Imperio de Oriente, aunque no pudieron obtener el control de la totalidad de sus territorios, sobre todo en la parte de Anatolia, donde surgieron los tres núcleos más importantes de resistencia bizantina: el citado Imperio de Nicea, el de Trebizond y el Despotado de Epiro. Durante los 57 años de existencia del Imperio Latino de los cruzados, estos reductos,"residuos" de antiguos bizantinos, no cejaron en su empeño por desalojar a los cruzados y recuperar Constantinopla, lo que consiguieron finalmente en 1261 (anexo 4º).

(6) Los turcos pertenecían a una tribu procedente del Turkestán, en Asia Central. En el s.IX d,C. una rama de estas tribus turcas, los selyúcidas, comienzan a reinar en Iraq e Irán y en el siglo X llegan a Anatolia, causando estragos entre bizantinos y árabes, ocupando la mayor parte de la península y derrocando y terminando con el Califato Abbasí. El Imperio Selyúcida duró hasta el s.XIII, cuando otra rama de los turcos, los osmanlíes, le asestan un golpe de gracia, dando paso al Imperio Otomano (anexo 6º).

(7) La táctica seguida por Cantacuzeno era prometer porciones de los territorios en litigio y pagar a los turcos en condición de mercenarios. Al no poder cumplir sus promesas, decidió subir los impuestos para pagar a los mercenarios otomanos, lo que contribuyó a que muchos de los que al principio le apoyaban "cambiasen de bando", aparte de provocar que los turcos se "cobrasen" por su cuenta, apoderándose de varias ciudades. Cuando Juan V Paleólogo consiguió hacerse con el trono, se encontró con que los turcos ya se habían asentado en varios lugares, por lo que no tuvo más remedio que pactar con ellos.

(8) El Tamerlán (1336-1405) -del persaTimür-i lang- era un caudillo de los turco-mogoles, pueblo nómada de Asia Central. Gran conquistador, líder político y militar, sus ejércitos se pasearon desde Delhi a Moscú y desde la cordillera de Tian -Shan*** hasta los montes Mauros en Anatolia, conquistando y reconquistando, arrasando y perdonando territorios y ciudades. Su fama se extendió por Europa y fue sinónimo de "terror" (anexo 7º).

(9) El Concilio de Florencia era en realidad una especie de "continuación" del iniciado en Basilea en 1431, bastante accidentado como ahora veremos.
El Concilio de Basilea se convocó en 1431 y entre sus objetivos se encontraba la unión de las igesias Católica y Ortodoxa. Este concilio era consecuencia de las decisiones tomadas en el de Constanza de 1413, por una de las cuales se estableció la periodicidad de los concilios para revisar regularmente la rectitud de la fe, ya que hasta dicho momento los concilios eran convocados, generalmente, por motivos relacionados con la aparición de herejías.
En ese de Basilea, los asistentes defendieron la validez de las decisiones tomadas allí -tendencia conciliarista- por encima de la opinión que pudiese tener el Papa, por lo que este decidió disolver la asamblea mediante bula, en vista de los derroteros que estaba tomando el asunto. Los participantes, al recibir la bula de disolución del concilio, se niegan a obedecerla.
Sin embargo, el Papa, presionado por el Sacro Imperio Romano Germánico y sus numerosos satélites, amás de el Colegio Cardenalicio, anuló la bula en 1433.
Cuando el concilio va a abordar el tema del Cisma entre católicos y ortodoxos, los ponentes discuten sobre si Basilea es el lugar propicio para seguir las sesiones, puesto que resultaba alejada para la legación ortodoxa, así que se pensó en continuar en algún lugar más cercano, siendo elegida Ferrara como nueva sede del concilio. Allí se reinició en 1438.
Todavía se trasladaría una vez más, puesto que el Papa, Eugenio IV, quien había tenido que fijar su residencia en Florencia tras abandonar Roma por una confrontación con la familia Colonna, logró traerse el concilio a aquella ciudad en 1439. Allí, reunido con el emperador bizantino Juan VIII Paleólogo, firma la bula Laetentur Coeli , donde se reconoce la unión de las dos iglesias y el fin del Cisma. Al mismo tiempo fue redactado el Decreto de Unión. Las sesiones se prolongaron hasta 1445.
Sin embargo, en Basilea seguían reunidos en su concilio particular muchos de los participantes iniciales que no había aceptado las órdenes de Eugenio IV, así que deciden elegir a un antipapa, Félix V, quien abdicó en 1449, poniendo fin a las discordias entre los ponentes de Basilea y el Vaticano.

* Es indistinito el uso de Salónica o Tesalónica, aunque el Diccionario Hispánico de Dudas señala la conveniencia de usar Tesalónica para referirse a la ciudad antigua-histórica y Salónica para la actual.

** El Marquesado (y después Ducado) de Monferrato se encontraba entre Saboya, Milán y Génova, y era dependiente del Sacro Imperio Romano-Germánico. Al llegar al trono Carlos V, se lo entrega al duque de Mantua, por lo que ascendió de marquesado a ducado.
Los dos hermanos de Bonifacio mencionados en la nota(3), Gullermo y Conrado, fueron también famosos.
El primero, Guillermo, fue apodado "Espada Larga" para resaltar sus habilidades militares, en contraposición a su padre, llamado también Guillermo y apodado " El Viejo".Fue conde de Jaffa y Ascalón, en el Reino de Jerusalén.
Conrado por su parte había acudido en ayuda del emperador Isaac II para sofocar la revuelta de Alexios Branas. Isaac había propuesto a Conrado que se casara con su hermana Teodora, a lo que Conrado se negó, pues aunque era viudo, aducía ser "un hombre casado". A pesar de ello existió entre ambos personajes una cierta amistad y finalmente
A pesar de que Jerusalén estaba en poder de Saladino, se le nombró rey del inexistente reino, cuando, en realidad, la única plaza en manos cristianas de la zona era Tiro, defendida precisamente por Conrado.
A falta de otra página más precisa, Wikipedia ofrece bastante información (aceptable) sobre el tema.
*** La cordillera de Tian Shan son las estribaciones del HImalaya al noroeste del desierto de Taklamakan y ocupa ambos lados de las fronteras de los actuales estados de Kazajistán, Kirguizistán y China, siendo en este último país donde ocupa mayor territorio.




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