miércoles, 4 de febrero de 2009

La Caída de Constantinopla (2)


















~Episodio Final-



Los Turcos asaltan Constantinopla
(Colección Osmanli Denizclik - 190
Cortesía del Muhteşem Denizcilik Tarihimiz

Besitkas, Istambul- Türkiye)



Como se ha podido ver, Constantinopla se libró varias veces de haber caído definitivamente antes de 1453, pero esta vez, a pesar de haberse eliminado virtualmente las discrepancias entre ortodoxos y católicos, ahora aliados frente al enemigo común otomano, no se salvó. Desde hacía años era evidente el ascenso de los turcos, que habían conquistado gran parte de la Europa balcánica, a veces ayudados por los propios bizantinos, quienes ahora veían cómo su imperio había ido perdiendo territorios hasta quedar reducido, tras caer Tesalónica en 1430, a una pequeña porción alrededor de la capital y a la zona del Peloponeso. Bayacid I, alrededor de 1392, había ordenado la construcción de una fortaleza en la orilla asíatica del Bósforo, llamada en turco Anadolu Hisari. En la primavera de 1452, su nieto Mehmet II ordenó construir otra, la Rumeli Hisari, en la parte europea, justo cruzando desde Anadolu Hisan, con lo que el control del canal estaba asegurado(1).

Rumeli Hisari
Colección Osmanli Kartpostal - 244
(
Cortesía del Muhteşem Denizcilik Tarihimiz
Besitkas,Istambul-Türkiye)


Cuando el edificio fue acabado, ya a finales del verano, Constantino XI escribió al Papa asegurándole que haría todo lo posible por implementar la Unión acordada entre las dos iglesias, con la esperanza de recibir ayuda de Europa Occidental en caso del (ya inminente) ataque turco. De todas formas, el Papa Nicolás V no tenía tanta infuencia sobre los estados ocidentales como los bizantinos pensaban, algunos de los cuales estaban enfrentados a su autoridad, cuando no envueltos en diferentes conflictos que, bien los habían debilitado, bien les hacían invertir recursos enormes que les imposibillitaban atender otras cuestiones(2). Aunque algunas tropas llegaron de parte de las ciudades mercantiles de Génova y Venecia -ambas con posesiones e intereses en la zona- y algunos particulares que acudieron por cuenta propia, la ayuda occidental no fue ni mucho menos la adecuada para enfrentarse a un enemigo como los turcos(3).
En la ciudad se reunieron unos 7.000 soldados, 2.000 de los cuales eran extranjeros, dispuestos a defender sus, aproximadamente, 20 kms. de sólidas murallas, frente a las cuales acamparon los ejércitos de Mehmet II, el 2 de abril de 1453. Aparte de los ya conocidos jenízaros y otras unidades curtidas en innumerables batallas, los turcos poseían una nueva arma contra las murallas bizantinas: la artillería.


Bombardeo de las murallas de Constantinopla
Recreación digital para Total War II

Ya había sido usada en otras campañas, pero esta vez el tamaño, calibre y alcance de las piezas era mayor de lo habitual en la época, siendo hoy día motivo de discusión e investigación el cómo los turcos habían conseguido avanzar tanto y tan rápidamente en la construción de artillería pesada. Los defensores conocían el peligro de la artillería turca, pero nunca imaginaron su potencia, que rebasaba con creces cualquier tipo de expectativa que se hubiesen planteado. En concreto, entre las diferentes piezas artilleras, poseían los turcos un enorme cañón de dimensiones desconocidas hasta entonces(4). Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo en cuanto al número de efectivos, se calcula que los turcos pusieron en liza a unos 80 ó 90.000 hombres. Algunos historiadores de la época, haciendo énfasis en el poder del sultán, exageraron las cifras diciendo que los otomanos eran muchísimos más; en todo caso, un número que rebasaba con creces al de defensores(5). Asímismo, contaban los turcos con una flota sobre la que también nos llegan diversos datos según los diferentes autores(6).


Plano de las murallas Constantinopla


La primera parte del plan turco era atacar la Muralla de Teodosio, en la parte oeste de la ciudad, la única no rodeada por el mar. El sultán en persona llegó el 5 de abril. Antes de empezar el sitio, se eliminaron algunos focos de resisitencia bizantina en el exterior de las murallas y el 7 de abril, con un disparo del gran cañón contra la Puerta de San Romano, comenzó el sitio de la ciudad propiamente dicho. Las murallas no estaban preparadas para resistir ataques de artillería y empezó a ceder antes de la primera semana. Sin embargo, los defensores aprovechaban la noche para reparar o reforzar lo que podían, retrasando el avance otomano; esto fue posible debido a la propia estructura de las defensas, con tres anillos amurallados separados entre sí por profundos fosos -en algunos puntos hasta de 70 metros- y a la reticencia de los turcos a atacar la ciudad por mar -las murallas poseían torres con artillería y fuego griego(7),desde las cuales los barcos enemigos eran muy vulnerables- lo que ayudó a los bizantinos a reunir efectivos y mano de obra en el único frente del asedio.
Tras un par de victorias de los defensores, rechazando sendos ataques por mar y por tierra, llegaron algunas tropas enviadas por el Papa y barcos cargados de grano enviados por los genoveses, consiguiendo burlar el bloqueo naval turco, algo que costó la cabeza al almirante Baltoghlu, ejecutado públicamente por el sultán.
La balanza se había inclinado del lado de los defensores en los primeros 15 días, pero Mehmet no estaba dispuesto a retirarse, sabedor de su superioridad. Al no poder cruzar su flota la entrada del Cuerno de Oro, cerrada por una gruesa cadena, un general tiurco, Zaganos Pasha, ideó un sistema para transportar los barcos por tierra hasta el otro lado de la barrera y así poder atacar la muralla este, abriendo un nuevo frente que dividió las fuerzas de los defensores, quienes tuvieron que atender ahora al taponamiento de nuevas brechas en dicho flanco.

Maometto II fra transportare le imbarcazioni
(1902) Fausto Zonaro
Dolmabahçe Sarayi- Istambul,Türkiye

Tras un mes de asedio, los defensores estaban agotados y los atacantes no habían conseguido quebrantar sus fuerzas en la medida esperada, por lo que Mehmet se encontraba con el problema de mantener y abastecer a su enorme ejército más tiempo del deseado, así que decidió lanzar un ultimatum a los bizantinos: si se rendían, perdonaría la vida a todos los cristianos y dejaría al emperador el gobierno de Mistra -en Morea- aunque Constantino pasaría a ser vasallo y tendría que pagar tributo, algo a lo que el emperador no estaba dispuesto, entre otras cosas porque las arcas de la ciudad estaban vacías.

Ante la negativa de Constantino, los turcos se prepararon para lo que debería ser el asalto final. El 29 de mayo, las primeras oleadas de mercenarios atacaron la muralla oeste a la altura del río Lycos (ver plano más arriba) bastante castigada anteriormente por la artillería y llena de parches por los que intentaron abrirse paso los atacantes, que al principio, fueron repelidos. Sin embargo, cuando la batalla estaba concentrada en ese punto, por una de las puertas del noroeste, al parecer la Kerkaporta (ver plano) que había quedado poco vigilada, penetró un destacamento de jenízaros.
Para mayor desgracia de los bizantinos, el jefe de los genoveses, Giovanni Giustiniani Longo, cayó mortalmente herido, lo que provocó la desmoralización y deserción de la mayoría de las tropas bajo su mando, justo cuando los turcos amenazaban con rebasar las defensas. El propio Constantino murió en las murallas y por la tarde, la vanguardia otomana había llegado a las calles del foro. La que se ha llamado por algunos
segunda caída de Roma(8) era un hecho y el Imperio Otomano comenzaría a conocer el período de su máximo esplendor a expensas del legado cultural del que hasta entonces había sido el imperio más longevo del mundo.
Mientras que Mehmet, aunque al principio no pudo detener el saqueo, enseguida lo prohibió y se apresuró por respetar y mantener la posición del Patriarca Ecuménico ortodoxo, Gennadios Scholarios -Γεώργιος Κουρτέσιος Σχολάριος- con el fin de hacer ver a la población cristiana su intención de respetarla y evitar su desbandada. También nombró al patriarca como etnarca -εθνάρχης- (es decir, le cedió el poder civil y el eclesiástico) de un millet(9). No obstante estas medidas, muchos habitantes abandonaron la ciudad.
Las historias sobre la suerte que corrieron los jefes militares, incluído el propio emperador Constantino, se mezclan con las leyendas, muriendo muchos durante el asedio y los supervivientes, ejecutados(10).
Los dos últimos bastiones bizantinos, el Despotado de Morea y el Imperio de Trebizondo, caerían en 1460, provocando la huída de los últimos grecolatinos hacia Europa, en su mayoría a Italia, donde su influencia cultural propició el comienzo del Renacimiento.

Maometto II entra a Constantinopoli
(sin fecha)Fausto Zonaro (1854-1929)
Dolmabahçe Sarayi - Istambul,
Türkiye

(Continúa siguiente entrada)

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